jueves, 19 de marzo de 2009

De PACIENTE a CLIENTE



Leo en 7 días médicos opiniones de 2 compañeros del fenomeno de la transformación de pacientes a clientes :
".....Afortunadamente la mayoría de las personas son razonables, respetuosas y utilizan con moderación los servicios sanitarios. Pero un porcentaje no lo es y abusa: de las urgencias, las bajas laborales, los fármacos gratuitos, los avisos domiciliarios... Unos pacientes a los que nadie pone freno porque son votantes y tienen derecho a todo. Este grupo empieza a hacer peligrar la viabilidad del sistema público y hace descender la calidad asistencial que se merecen los pacientes educados y respetuosos con el sistema público, del que usan pero no abusan. Alguien les tendría que poner freno. " (Rafael de Pablo González.Profesor asociado del Departamento de Medicina. Universidad de Salamanca. Centro de Salud «San Juan». Salamanca )
"....Sí, con este paciente devenido en usuario, que muchas veces sin enfermedad ni padecimiento, con la cartilla por delante, se dirige cada vez más a consultas y urgencias, sin distinción alguna, a todas horas, porque ya todo es urgente, cual supermercado de 24 h, mostrando im-paciente su negativa a esperar o a recibir cualquier negativa ante sus exigencias de nuevos artículos a retirar de las estanterías virtuales (gasas, pastillas, bajas o certificados).
Sí, con este cliente que recoge ávidamente artículos de nuestras estanterías, previamente difundidos por las técnicas de márketing de los media, dispuesto a devorar todo lo necesario para reducir su miedo al declinar progresivo del paso del tiempo y a la muerte.
La relación médico (sanador)-paciente (enfermo) de ayuda se ve transformada así progresivamente, por arte de gestores y políticos, en una variante más de relación comercial, dentro del sistema inagotable del supermercado de la administración sanitaria, en la que entre sus existencias, se incluye la disposición ilimitada témporo-espacial de su personal, para gloria de una adecuada cobertura de las cada vez mayores exigencias del cliente.
Me pregunto cuál es la ganancia de este sistema, a todas luces ruinoso, en el que los usuarios-clientes, cada vez más impacientes, devoran recursos en escalada exponencial. Pero para contestarla tendré que echar mano del tercer elemento de la terna: ellos, los políticos. (Juan Carlos Olazábal.Profesor asociado del Departamento de Medicina. Universidad de Salamanca. Centro de Salud «San Juan». Salamanca )

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